El noventa y nueve es un Año Santo,
tiene que ser bueno,
lleno de alegría y de amor y de paz
para el mundo entero
y los cristianos vamos a pedir por ellos.
Que los hombres dejen de matarse,
que se terminen las guerras,
que se acabe la miseria,
que toda la gente tenga un hogar
donde poderse cobijar.
Pero para eso tiene que haber un milagro
y hacer respetar los derechos humanos.
Los hombres los hicieron
pero no los cumplieron.
Algo falla entre ellos,
no sé si el poder
o el ansia de dinero,
que cuando uno se muere
aquí tiene que dejarlo.
Es mejor tener la conciencia tranquila
y aprender a vivir la vida
con amor, paz y alegría.
Hay que pedirle al apóstol Santiago
que en este Año Santo
nos mande ese milagro.
Lo vamos a hacer
todos los cristianos.
Con humildad y amor
escúchanos Señor.
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